DAÑO COLATERAL

DAÑO COLATERAL

JONÁS 1:1 El SEÑOR le dio el siguiente mensaje a Jonás… 2 Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive. Pronuncia mi juicio contra ella, porque he visto qué perversa es su gente». 3 Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del SEÑOR. Descendió al puerto de Jope donde encontró un barco que partía para Tarsis. Compró un boleto, subió a bordo y se embarcó rumbo a Tarsis con la esperanza de escapar del SEÑOR. 4 … el SEÑOR mandó un poderoso viento sobre el mar el cual desató una violenta tempestad que amenazaba con despedazar el barco. 7 la tripulación echó suertes para ver quién había ofendido a los dioses … Cuando lo hicieron, la suerte señaló a Jonás como el culpable. NTV.

Tratar de eludir una responsabilidad o una tarea designada por los padres, los maestros, los jefes o alguna persona en autoridad, es algo que las personas han tratado de hacer en alguna etapa de sus vidas. Posiblemente algunos habrán tenido éxito, pero otros posiblemente no, y habrán terminado por cumplir la tarea que trataban de eludir. Existen diversas causas posibles por las que las personas tratan de eludir una tarea específica, Siendo alguna de ellas: La falta de capacidad para realizar dicha tarea, el tiempo que implica el desarrollarla, o la tarea que le designaron, favorecen más a otras personas que a si mismo. O simplemente no tienen el deseo de hacer ninguna tarea. Sea cual fuese la causa, eludir una tarea puede traerles graves consecuencias a las personas, tal como ocurrió con el profeta Jonás.

Dios por su inmenso amor por la humanidad, trató de rescatar de su severo juicio a una ciudad que se encontraba en una debacle espiritual. En esta ciudad, reinaba la perversidad, la maldad, la lujuria, la idolatría, la hechicería, y toda clase de pecados inimaginables. Razón por la cual, un juicio era más que necesario para acabar con los males de esta tierra. Pero pese a los muchos pecados reinantes en esa ciudad, Dios no quiso aniquilar a sus habitantes, más bien quiso darles una nueva oportunidad de que se arrepientan de sus pecados y se conviertan a Él. Con este propósito, llamó al profeta Jonás para que les lleve su mensaje de advertencia y juicio sobre toda la nación, si persistían en sus vidas de pecado. Pero Jonás no estaba dispuesto a cumplir esa tarea, y trató de eludir lo que Dios le había designado, yéndose muy lejos de la ciudad a la cual le estaba enviando.

Con la intención de eludir sus tareas, Jonás una vez que recibió las órdenes de Dios, descendió al puerto de Jope donde un barco estaba a punto de embarcarse a la ciudad de Tarsis. El profeta se apresuró a comprar un boleto para embarcarse en ese navío, y así escaparse a Tarsis, deslindándose de esa manera, la responsabilidad de profetizar en la ciudad de Nínive. Jonás, dirigiéndose a un rumbo distinto y muy lejano, pensó erróneamente que podría escaparse de la tarea designada por el Señor de los Ejércitos Celestiales, sin tener que sufrir las consecuencias.

Una vez que el profeta descansaba plácidamente en uno de los camarotes bajo la cubierta del navío con rumbo a Tarsis, Dios lo alcanzó, y envió un fuerte viento sobre las aguas del mar, produciendo grandes y fuertes olas que amenazaron con derribar el barco. Ante este hecho sobrenatural, todos los tripulantes se atemorizaron y empezaron a clamar a sus dioses para que calmaran la tormenta y las olas. Los tripulantes sabían que la tormenta y las fuertes olas no eran comunes, sino que era una intervención divina como castigo a las faltas de los hombres, así que, empezaron a buscar al culpable de haber ofendido a los dioses, en esta búsqueda encontraron que Jonás era el culpable de haber ofendido a su Dios.

Queridos hermanos. Algunos creyentes al igual que Jonás, piensan que pueden eludir la tarea que Dios les ha encomendado sin recibir las consecuencias de su rebeldía. Jonás con su desobediencia, no solo puso en peligro su vida, sino también la vida de muchas otras personas que nada tenían que ver con él. Las consecuencias de rebelarnos a Dios, puede afectar directamente la vida de las personas que están cerca de nosotros, pese a que ellos no tengan nada de culpa de nuestra rebelión. Nuestra rebelión a Dios puede generar daños colaterales, y causar daño a personas inocentes, aunque no lo deseemos. Hermanos. Es un hecho que ninguno de nosotros podemos eludir las tareas o responsabilidades que Dios nos delegó sin recibir las consecuencias. Conociendo este hecho verídico, es mejor que empecemos a cumplir con lo que Dios nos ha delegado, porque si no lo cumplimos, la ira de Dios estará sobre nosotros, en el momento que menos lo esperemos.