EL CREYENTE PERTENECE A CRISTO

EL CREYENTE PERTENECE A CRISTO

Jesucristo para venir a este mundo, se despojó de su divinidad y de toda su gloria que compartía con Dios Padre en el reino de los cielos. Nuestro Señor no se aferró a nada por el profundo amor que nos tenía, por eso, pese ya ha haberlo dejado todo en el cielo, también lo dejó todo en este mundo, y entregó su preciosa vida en la cruz del calvario. Nuestro Salvador, no entrego su vida en la cruz para que pudiésemos proseguir viviendo nuestras propias vidas mezquinas y egoístas, sino para que podamos ser renovados de esa vida y llevar una en conformidad a su voluntad. Si nuestro Señor entregó su vida por amor a nosotros, nosotros ya no debemos vivir para nosotros mismos, sino para honrar y glorificar su santo nombre. Cristo murió y resucitó para rescatarnos de la condenación y darnos vida eterna en su Reino venidero. Ahora, nuestra vida, ya no nos pertenece, le pertenece a quien murió por nosotros, por eso debemos dedicar nuestra vida para servirle eternamente. 1 Corintios 5:15.