ESTUDIEMOS LAS ESCRITURAS

ESTUDIEMOS LAS ESCRITURAS.

Cuando el hombre está interesado en aprender sobre algún tema en particular como: la medicina, la arquitectura, la astronomía, la filosofía, la física, la psicología o alguna otra rama de la ciencia humana; dedica parte de su tiempo para indagar sobre el tema de su interés ya sea en los libros, revistas, artículos científicos, o algún escrito existente. El hombre cuando algo realmente le interesa, no se cansa, ni se le vuelve tedioso en estar en lo mismo y lo mismo, ya que al descubrir algún dato nuevo, aunque parezca insignificante, le llena de ilusión y le da más deseos de seguir indagando. Al empaparse ampliamente sobre el tema, el hombre alcanza entendimiento y puede volverse un maestro. De la misma manera que el estudio de una de las ramas de las ciencias humanas le da entendimiento al hombre sobre esa ciencia, el estudio de la Palabra de Dios le puede dar al cristiano el entendimiento de la voluntad de Dios para su vida. Porque Dios le da más entendimiento a los que aman y escuchan con diligencia su Palabra. Esta enseñanza la compartió Cristo Jesús con toda su audiencia: “A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más entendimiento. Pero a los que no escuchan, se les quitará aun lo poco que entiendan.” Marcos 4:25 NTV.

Para el creyente no debe ser suficiente el escuchar las prédicas de los domingos, sino que tiene que tener el anhelo por estudiar la Palabra de Dios cada instante de su vida, porque en las Escrituras se encuentran grandes y maravillosos tesoros que esperan ser descubiertos por los hijos de Dios. Estos tesoros nos ayudan a conocer el carácter y la voluntad de Dios y las promesas que Él tiene preparadas para cada uno de sus hijos. Así mismo la Palabra de Dios, nos puede ayudar a alcanzar una madurez espiritual, para que podamos soportar las pruebas y aflicciones que nos puedan sobrevenir, o el poder necesario para resistir las tentaciones que nos envíe el enemigo. Por donde veamos, es beneficioso para el creyente el estudio de la Palabra de Dios.

De la misma manera que las personas anhelan alcanzar el conocimiento de las ciencias humanas, nosotros debemos anhelar alcanzar aún más el conocimiento de nuestro Creador, pues si anhelamos este conocimiento y estudiamos juiciosamente las Escrituras estas nos darán entendimiento y nos revelarán Su carácter, Su voluntad y sus promesas para nuestra vida. Pero si no tenemos ese anhelo de conocerle, el poco conocimiento que tengamos de nuestro Creador se nos quitará. Además, si no estudiamos su Palabra, correremos el peligro de no perseverar en la salvación, ya que solo el conocimiento de Dios y Su voluntad, nos ayuda a enrumbar nuestras vidas en el camino de la salvación y la vida eterna.