LAS VIRTUDES
LAS VIRTUDES.
Desde el momento preciso que aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y salvador, la tercera persona de la divinidad pasa a morar en nuestro interior. Inmediatamente que el Espíritu Santo pasa a morar en nuestro interior, con su poder divino empieza a trabajar en nuestras vidas, para moldearnos al carácter de Cristo. Además, nos da virtudes valiosas para que podamos relacionarnos con nuestro prójimo. Pese al trabajo ininterrumpido que hace el Espíritu Santo en nuestro interior, no siempre podemos exteriorizar esas virtudes que Él nos dio, ya que en ocasiones todavía nos dejamos controlar por los impulsos de nuestra vieja naturaleza, y exteriorizamos lo peor que tenemos guardado en nuestro corazón con nuestro prójimo. Para no hacer nulo el trabajo que hace el Espíritu Santo, debemos permitir que Él tome el control absoluto de nuestras vidas, para que así las virtudes o el fruto que Él nos dio, se manifiesten con regularidad en nuestras relaciones con todos los que nos rodean. Gálatas 5:22.