DIOS PESA LAS ACCIONES
DIOS PESA LAS ACCIONES.
DANIEL 5:23 … Usted, sus nobles, sus esposas y sus concubinas estuvieron bebiendo vino en estas copas mientras rendían culto a dioses de plata, oro, bronce, hierro, madera y piedra, dioses que no pueden ver ni oír, ni saben absolutamente nada. ¡Pero usted no honró al Dios que le da el aliento de vida y controla su destino! 24 Así que Dios envió esa mano para escribir el mensaje. 25 Este es el mensaje que se escribió: MENE, MENE, TEKEL y PARSIN. 26 Y el significado de las palabras es el siguiente: Mene significa “contado”: Dios ha contado los días de su reinado y le ha puesto fin. 27 Tekel significa “pesado”: usted ha sido pesado en la balanza y no dio la medida. 28 Parsin significa “dividido”: su reino ha sido dividido y dado a los medos y a los persas. NTV.
Presentarse en un tribunal de justicia para recibir una sentencia por infringir las leyes de justicia de una nación es incómodo, mucho más si la falta cometida es causal de una sentencia de muerte. Belsasar el monarca del imperio babilonio, tuvo que llamar a un intérprete para que le pueda leer la sentencia dictada en su contra, la cual había sido escrita en la pared. Esta sentencia en contra de Belsasar, no había sido dictada por un juez terrenal, sino por el juez Celestial. Un juez que dictaba sus sentencias con justicia y rectitud, conociendo a cabalidad las infracciones cometidas por el infractor. Un juez que no le temblaba la mano para castigar a todos los que infringían la ley, sean estos gobernantes o simples esclavos, porque Él era el juez sobre toda la creación.
Antes de que la sentencia Divina sea dictada en su contra, el rey Belsasar había organizado una fiesta real. En esa fiesta, él y todos sus invitados habían estado bebiendo vino en las copas sagradas que el rey Nabucodonosor había sustraído del templo de Jerusalén durante su invasión a la ciudad santa. Belsasar y sus acompañantes, no solo habían estado bebiendo, sino que ellos en tremenda borrachera rendían culto y adoración a dioses de plata, oro, bronce, hierro, madera y piedra, dioses que no podían ver ni oír, ni saber absolutamente nada. La profanación de los utensilios sagrados, la irreverencia para no honrar a Dios que da el aliento de vida y controla el destino del mundo, y la idolatría, fueron las gotas que colmaron el vaso para que Dios dictara su sentencia en contra del monarca babilonio.
Una vez que la sentencia quedó escrita en la pared, Belsasar llamó a todos los sabios, magos, astrólogos y hechiceros del reino para que interpretaran la escritura, pero nadie pudo. Ante el fallido de estos hombres, el monarca llamó a Daniel siguiendo la recomendación de la reina madre. Daniel al estar en presencia del rey, dio lectura a la escritura en la pared, y también le dio a conocer el significado. Daniel informó a Belsasar que el Señor de las naciones, a quien él había insultado, había contado los días de su reino y había determinado que habían llegado a su fin. Además, que Dios, había pesado en la balanza sus acciones y había sido hallado faltó, ya que no había cumplido de la mejor manera posible el rol que Dios le había delegado, razón por la cual, él sería relegado de su cargo como gobernante, y el imperio no permanecería intacto, sino que sería dividido y entregado a los medos y a los persas, cuyos ejércitos se encontraban a las puertas de la ciudad de Babilonia. Belsasar, pese a saber los errores que había cometido su padre durante su gobierno y los castigos que afrontó, no honró a Dios, sino que lo deshonró mucho más que su antecesor en el trono, por lo cual fue despojado de todo sin ninguna oportunidad de resarcir su irreverencia a Dios.
Queridos hermanos. Dios está sobre todos los gobernantes del mundo, aun sobre los que se creen más poderosos que Dios. Él en su soberanía puede despojar a los gobernantes de sus cargos y colocar a otros tal como lo hizo con Belsasar. Dios sigilosamente pesa las acciones de los gobernantes del mundo, y a los que halle faltos, los despojará de sus cargos irremediablemente, porque no se complace de los gobernantes que no cumplen sus funciones correctamente, ni tampoco se complace de los que no le honra. Hermanos. Dios no solo pesa las acciones de los gobernantes del mundo, sino de todas las personas, y en especial las acciones de sus hijos. Por eso, para no ser hallados faltos, debemos llevar una vida de obediencia en conformidad a su palabra. Debemos honrar y glorificar a Dios con nuestras vidas, y servirle con los dones y talentos que hemos recibido.