ARMADOS DE VALOR.
El miedo para hablar de Dios a las personas que están a nuestro alrededor, no es solo nuestro, ya que muchos cristianos que nos precedieron, también tuvieron este miedo, y posiblemente mucho más todavía, porque en el pasado, no había la libertad de culto en la mayoría de países. En esos países, los creyentes debían compartir el evangelio a escondidas, y a personas que ellos ya conocían. El miedo de ellos tenía justificación, pero el miedo de algunos cristianos en esta época, en su mayoría no tiene ninguna justificación, porque ahora en casi todos los países hay libertad de culto y no hay persecuciones a los que comparten su fe o sus creencias religiosas. Pese a esta libertad algunos cristianos siguen teniendo miedo de compartir el evangelio, ya sea por timidez o vergüenza de lo que le puedan decir. No debemos dejar que el miedo nos controle para no compartir el evangelio, debemos pedir a Dios que nos arme de valor para predicar su palabra a todas las personas que nos rodean. Hechos 4:29.