DIOS ODIA LA INJUSTICIA
DIOS ODIA LA INJUSTICIA.
EZEQUIEL 22:24 Hijo de hombre, dale este mensaje al pueblo de Israel: “En el día de mi indignación, serás como tierra contaminada, una tierra sin lluvia. 25 Tus príncipes… Devoran a los inocentes apoderándose de sus tesoros y quitándoles su riqueza mediante la extorsión; y dejan viudas a muchas mujeres del país. 27 Tus líderes son como lobos que despedazan a sus víctimas. ¡En realidad destruyen vidas a cambio de dinero! 29 Hasta la gente común oprime a los pobres, les roba a los necesitados y priva de justicia a los extranjeros. 31 Por eso ahora derramaré mi furia sobre ellos y los consumiré con el fuego de mi enojo. ¡Haré recaer sobre su cabeza todo el castigo por cada uno de sus pecados. ¡Yo, el SEÑOR Soberano, he hablado!. NTV.
La maldad y el pecado como un terrible virus se ha expandido por todo el mundo, y ha terminado por contaminar a todas las personas, por eso en la actualidad no se puede encontrar ni a una sola persona en todo el mundo que esté libre de esta terrible infección. Bajo la contaminación de la maldad y el pecado, no existe ni una sola persona que desee llevar una vida justa y recta en conformidad a la palabra de Dios, más bien todas las personas desean hacer toda clase de maldad posible y quebrantar cada uno de los mandamientos y decretos dados por el eterno Creador. Bajo el dominio del pecado, las personas no tienen el temor de ser castigados y condenados por sus acciones reprochables ante Dios.
Las personas sin una conciencia de agradar con sus vidas a Dios, complacen a los deseos más perversos de su naturaleza carnal, practicando la idolatría y toda clase de inmundicias, y no conformes con eso, se aprovechan sin ninguna clase de misericordia de las personas más vulnerables de la sociedad. No les importa para nada el bienestar de su prójimo sino su propio bienestar, por eso los pisotean sin ninguna clase de remordimientos. De igual manera, a las personas que ejercen el poder no les importa velar por las necesidades de las personas más necesitadas de sus naciones, más bien se unen también a la práctica de la injusticia, y utilizan su poder para aprovecharse de los más débiles y desvalidos. La maldad y la injusticia de la actualidad, no es para nada diferente a la del pasado, siempre ha permanecido constante a través de los tiempos, y una prueba fehaciente de esto es la maldad y la injusticia que reinaba en el pueblo hebreo en el periodo del Antiguo Testamento.
En el período de los profetas mayores, la maldad y la injusticia del pueblo hebreo había sobrepasado todo límite. Los reyes y los gobernantes de la nación, habían hecho lo que habían querido, se habían aprovechado de sus cargos para oprimir a sus compatriotas más vulnerables con el cobro de impuestos excesivos, y dictando leyes que les favorezcan solo a ellos. Además, habían abandonado completamente las leyes y los mandamientos que habían recibido por medio de Moisés. Los ejemplos mostrados por parte de los gobernantes rápidamente fueron seguidos por el resto de los habitantes de la nación hebrea. Quienes abusaron de los extranjeros, de las viudas y de los huérfanos. Los hijos se habían vuelto desobedientes a los padres. Todo el pueblo había empezado a vivir sin las leyes de Dios. Por todo esto, Dios derramaría su furia sobre la nación, los consumiría con el fuego, y haría caer sobre sus cabezas todo el castigo por cada uno de sus pecados.
Queridos hermanos. Cada una de nuestras actuaciones siempre traen consecuencias y más aún si nuestros actos van en contra de la voluntad del eterno Creador. Dios a través de su palabra constantemente nos enseña que Él está en favor de las personas vulnerables como son: las viudas, los huérfanos, los adultos mayores y los extranjeros. Dios desea que sus hijos estén también en favor de ellos. Cuando una persona vulnera los derechos de su prójimo, Dios los demanda y le envía un severo castigo, tal como lo hizo con el pueblo hebreo en el pasado, cuando la mayoría de sus habitantes se aprovecharon de sus compatriotas indefensos. Dios en su furia derramó un terrible castigo sobre ellos y destruyó a toda la nación. Hermanos. Si Dios está en favor de las personas vulnerables, nosotros también debemos estarlo, pues somos sus siervos y los siervos tienen que hacer las cosas que le agradan a su amo. Nuestro supremo Creador odia la injusticia y siempre castigará a los que la practican. ¿Si usted no quiere ser castigado por el Señor ?, Empiece a practicar todas las cosas que son justas en la presencia de nuestro amado Señor.
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