RESCATADOS DE LA OSCURIDAD
Las personas que no conocen a Cristo no se dan cuenta de que están viviendo bajo una esclavitud, pero no una esclavitud física, sino una esclavitud espiritual. Al igual que la esclavitud física, la espiritual priva a las personas de llevar una vida libre de gozo y paz. Las personas no se dan cuenta que vivir bajo la esclavitud espiritual es más grave de lo que piensan, pues si no encuentran la libertad a esta esclavitud antes de que le llegue la muerte física, permanecerán bajo esta esclavitud para siempre. Los sufrimientos que experimentarán todos los que mueran sin haber alcanzado la libertad espiritual, no se compararán en nada a los sufrimientos que puedan haber experimentado en su vida física, ya que los sufrimientos que experimentarán en el lago de fuego serán terribles y constantes. Dios en su amor y misericordia, no desea que las personas experimenten esta clase de sufrimiento, por eso proveyó un medio de rescate para que las personas sean liberadas del reino de la oscuridad que conducen a la condenación eterna.
El apóstol Pablo en su carta a los colosenses afirma que: “Dios nos rescató de la oscuridad en que vivíamos, y nos llevó al reino de su amado Hijo, quien por su muerte nos salvó y perdonó nuestros pecados.” Colosenses 1:13-14 TLA. Todas las personas que no tienen a Cristo en su corazón, viven atrapadas en el reino de la oscuridad, pero no se dan cuenta de esta realidad, porque la capacidad de razonar a este hecho espiritual se encuentra enceguecida por el pecado. El pecado nubla completamente todo entendimiento de las personas, por eso no se dan cuenta de que están viviendo bajo una esclavitud que les conduce a la condenación eterna. Si las personas se dieran cuenta de esta realidad, buscarían las formas de escaparse de este reino de oscuridad, tal como buscarían las formas de escaparse de una esclavitud física.
Ningún hombre por sus propias fuerzas puede escaparse del reino de las tinieblas, por eso Dios intervino para dar esa libertad al hombre, y lo hizo mediante el sacrificio de su amado Hijo Cristo Jesús en la cruz del calvario. El hombre tras su conversión a Cristo, es trasladado del reino de las tinieblas al reino de la luz, de la esclavitud del pecado a la libertad, de la culpa al perdón y del poder de Satanás al poder de Dios. El hombre tras aceptar el sacrificio de Cristo en su corazón, es rescatado de un reino rebelde para servir a un Rey justo, y vivir eternamente junto a Él en el reino de los cielos, el cual todavía no se ha manifestado, pero se manifestará en un día venidero, cuando el Señor vuelva a la tierra ha establecer su reino milenial, luego del cual acabará con la maldad de este mundo e instaurará Su reino definitivo por toda la eternidad.
Todos nosotros antes de conocer a Cristo, estábamos bajo el dominio del reino de las tinieblas, destinados a una terrible condenación eterna, pero gracias al sacrificio de nuestro Señor, fuimos trasladados por nuestro amado Padre Celestial al de su amado Hijo Cristo Jesús. Por esta gran bendición que tenemos de vivir en los postreros días en el reino de los cielos, debemos vivir siempre agradecidos con nuestro Señor, honrándole y glorificándole todos los días de nuestra vida, y llevando una vida en conformidad a su voluntad.