AMOR Y HOSPITALIDAD.
El día del regreso de Cristo puede estar más cerca de lo que esperamos, o puede tardar otros miles de años. La verdad es que no sabemos cuando Jesucristo venga a llevarnos a la morada celestial, pero en nuestra espera debemos estar listos para irnos cuando Él nos llame a su presencia. Una forma de estar listos para irnos en el llamado de nuestro Señor, es mostrando el amor por nuestro prójimo, siendo hospitalarios con ellos. Nuestro corazón debe estar lleno de amor para poder abrir las puertas de nuestros hogares con alegría a las personas necesitadas de la sociedad. Brindarles un plato de comida o un lugar para que puedan descansar, pero estas acciones deben ser de todo corazón, y sin ninguna clase de murmuraciones. Debemos estar conscientes que nuestros bienes, nuestro nivel social, o el poder que tengamos, no significarán nada en el reino de Dios, pero el amor y la hospitalidad que podamos mostrar por los más necesitados, serán bien recompensados en el reino de los cielos. 1 Pedro 4:9.