HACER LA VOLUNTAD DE DIOS.
En nuestro caminar en Cristo, día tras día cometemos muchos errores y ofendemos en gran manera a nuestro Señor. Nos cuesta tanto alinear nuestra voluntad a la voluntad de Aquel que entrego Su vida en la cruz. Al igual que muchos de nosotros fallamos a Dios, también David le falló en muchas ocasiones, y para no seguir en el mismo camino de ofensas, él oró de todo corazón a Dios, pidiéndole que le enseñara a hacer su voluntad, porque ´Él era su Dios a quien amaba, y quería complacerle con su vida el resto de vida que le quedaba. Una oración por dirección se centra en nosotros mismos si no reconocemos el poder que tiene Dios para volver a encaminar nuestras vidas en conformidad a Su voluntad. Si tenemos el mismo anhelo que David, oremos de todo corazón a Dios, para que nos ayude a ser sensibles a la voz del Espíritu Santo que mora en nuestro interior. Él puede dirigir nuestras vidas y llevarnos por un camino recto que honre y glorifique a nuestro Señor. Salmos 143:10.