BAJO LA DIRECCIÓN DE DIOS.
Como seguidores de Cristo, es fácil que en algún momento de nuestra vida ministerial nos desviemos del camino que nos conduce a la salvación y a la vida eterna. ya que por diferentes causas podemos perder la perspectiva de nuestro servicio a Dios, y no caminar de acuerdo a su voluntad. Si eso nos llegara a suceder, quedaríamos reprobados por nuestro Señor y todo lo que hayamos hecho hasta ese entonces quedaría en la nada. Para que eso no nos suceda, siempre tenemos que estar en estrecha comunión con el Señor por medio de la oración. Pidiéndole constantemente que nos dirija por las sendas correctas que debemos seguir, que vaya delante de nosotros marcando el camino para no desviarnos. Y si en algún momento nos desviamos, que nos devuelva al camino correcto de la verdad y la justicia con lazos de amor, para que no vayamos a la condenación eterna. Debemos despojarnos de los deseos de nuestra carne, y todos los días poner nuestra esperanza en las manos de nuestro amado Señor. Salmos 25:4-5.