PERSEVERANCIA EN EL EVANGELIO

PERSEVERANCIA EN EL EVANGELIO

La perseverancia es una de las virtudes menos apreciadas por los hombres. La mayoría de nosotros sabemos empezar muy bien los proyectos, y casi todos podemos tener buenas rachas y alcanzar el éxito al momento de que emprendemos algo nuevo. Pero no siempre la racha se mantiene igual, pues después de un cierto tiempo, nuestros proyectos pueden decaer por diferentes factores, es, en esos momentos difíciles, que es necesario que podamos mantener la constancia en la ejecución de nuestros proyectos sin desmayar, para que todo el esfuerzo que hayamos hecho para sacar adelante el proyecto, no haya sido en vano. Algo similar debemos procurar en nuestra vida cristiana para no perder la salvación. Esto nos da entender el escritor de la epístola a los hebreos: “Pero nosotros no somos de los que se apartan de Dios hacia su propia destrucción. Somos los fieles, y nuestras almas serán salvas”. Hebreos 10:39 NTV.

En el momento que se escribió esta epístola, muchas personas que habían aceptado el evangelio transformador de Cristo, estaban retrocediendo de su fe por diferentes factores. Incluso algunos habían llegado al punto de rebelarse y dar la espalda al evangelio que habían recibido. La perseverancia en el mensaje de la salvación y la vida eterna, separa a los apóstatas de los cristianos genuinos. Los apóstatas fácilmente retroceden de su fe ante cualquier adversidad. En tanto que los verdaderos creyentes se mantienen firmes en su fe pese a cualquier adversidad que les sobrevenga. Los apóstatas al apartarse del evangelio de Cristo caminan hacia su propia destrucción, pero los verdaderos creyentes que se mantienen fieles al evangelio, salvarán su alma de la destrucción.

En este preciso momento, podemos afirmar al igual que el escritor de esta epístola: Que nosotros no somos de los que se apartan de Dios y caminan hacia su propia destrucción, si no podemos afirmar estas palabras, es momento de que cambiemos nuestra actitud con respecto al evangelio, pues si no lo hacemos, de nada servirá que un día hayamos aceptado el mensaje de la salvación y la vida eterna, y menos, que hayamos asistido con regularidad a la iglesia. Solo la perseverancia en el mensaje de la Cruz de Cristo nos garantiza que podamos alcanzar la salvación de nuestras almas. Por eso, debemos mantenernos siempre fieles al Señor, venciendo cualquier obstáculo que se nos pueda presentar en nuestra vida cristiana.