EL FARO

EL FARO.

A través de los tiempos, el faro con su luz resplandeciente ha guiado a miles y miles de embarcaciones a sus puertos de destino de manera segura en medio de la noche. Su ausencia causaría grandes dificultades a las embarcaciones, para que puedan encallar en los puertos de manera segura en las noches obscuras y llenas de neblina. Como las embarcaciones necesitan la orientación de los faros para encallar en los puertos de manera segura, nosotros necesitamos de la palabra de Dios para que nos guíe de manera segura, al lugar de nuestra morada eterna, junto a nuestro Señor. ¡La palabra de Dios, es la luz que ilumina nuestro camino en medio de las tinieblas! Su luz resplandeciente nos ayuda para que no tropecemos fácilmente en las artimañas del maligno. Para no ser vencidos por las tentaciones que se nos presentan en nuestro diario caminar; es imprescindible que nosotros, como seguidores de Cristo, tengamos guardado en nuestra mente y en nuestro corazón Su bendita palabra. Sal 119:105.