OBEDIENCIA A DIOS
OBEDIENCIA A DIOS.
JEREMÍAS 11:3 Diles: “Esto dice el SEÑOR, Dios de Israel… 4 … cuando los saqué de ese horno de fundir hierro que es Egipto, les dije a sus antepasados: “Si me obedecen y hacen todo lo que les mando, serán mi pueblo y yo seré su Dios”. 7 … les advertí solemnemente a sus antepasados cuando los saqué de Egipto: ‘¡Obedézcanme!’. He repetido esta advertencia una y otra vez hasta el día de hoy; 8 pero sus antepasados no escucharon y ni siquiera prestaron atención, sino que se pusieron tercos y siguieron sus propios malos deseos. Y debido a que se negaron a obedecer, traje sobre ellos todas las maldiciones descritas en este pacto”. NTV.
Escuchar y obedecer las advertencias, no es algo nato en la vida de las personas, esto se debe a que al hombre por su condición pecaminosa, no le gusta seguir las reglas o mandatos que otros le imponen. Al hombre le gusta vivir bajo sus propias reglas. Esta forma de pensar y de vivir, ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. Un claro ejemplo de esta forma de dirigir sus vidas son la de los primeros habitantes de este mundo. El eterno Creador después de formar a la primera pareja de seres humanos, les dio instrucciones y advertencias claras para que lleven una vida tranquila y armónica en el huerto, pero ellos, hicieron caso omiso de las advertencias de su Creador, ellos se dejaron dominar por sus impulsos y desobedecieron las instrucciones dadas por el Señor. Y desde entonces, este deseo de no escuchar a las advertencias ha pasado de generación a generación, hasta llegar al día de hoy.
Pese a la rebeldía mostrada por los primeros habitantes de este mundo, el eterno Creador nuevamente buscó estrechar las relaciones con los hombres, por eso, eligió un pueblo de entre todos los pueblos del mundo y firmó un pacto con ellos. Dios después de liberar a Israel de la esclavitud en Egipto, firmó esta alianza con ellos. Dios se comprometió a ser su Dios y ellos serían su pueblo. En esta alianza, Israel como pueblo de Dios, se comprometió a cumplir con cada uno de los términos y cláusulas de este pacto, y el Creador como su Dios, se comprometió a derramar abundantes bendiciones en favor de su pueblo. El incumplimiento a este pacto, traería graves consecuencias sobre toda la nación. Israel voluntariamente aceptó este pacto y prometió una obediencia total.
Pese a su promesa, el pueblo hebreo no fue fiel al compromiso que habían establecido con Dios, pues en reiteradas ocasiones se rebeló y quebrantó las cláusulas de la alianza. El Señor ante la rebeldía de su pueblo, en reiteradas ocasiones les llamó la atención y les advirtió para que obedezcan el pacto que habían establecido, pero el pueblo no escuchó estas advertencias, se pusieron tercos y testarudos, ellos siguieron adelante con sus vidas reprochables, cumpliendo con sus deseos más perversos. Debido a la negativa de Israel a obedecer el pacto, el eterno Creador trajo sobre ellos todas las maldiciones que se encontraban descritas en este pacto. Dios mediante el castigo trató de disciplinar a Israel para que vuelva al cumplimiento del pacto, pero Israel, no aprendía la lección, seguía revelándose una y otra vez contra su Creador.
A la generación de Israelitas que vivían en el tiempo de Jeremías, el eterno Creador pidió al profeta, que les recordara todo lo que había pasado a sus antepasados. Como les había advertido para que se apartaran de su rebeldía y como ellos se negaron a escuchar esas advertencias, más bien, que decidieron proseguir en sus malos caminos, razón por la cual Su ira fue sobre ellos. Este recordatorio era con la intención de que la generación del profeta Jeremías, no cometieran los mismos errores que sus antepasados, pues si no escuchaban estas advertencias, ellos también serían víctimas del furor de Dios.
Queridos hermanos. Dios, dio repetidas advertencias al pueblo hebreo para que obedecieran el pacto que habían establecido sus antepasados con Él, porque no quería reprenderles como lo había hecho con sus padres. Dios quería que la nueva generación de Israelitas, viva en obediencia al pacto y sean merecedores de todas las dádivas que les había prometido. Al igual que en el pasado, el eterno Creador, quiere que toda la humanidad escape del castigo y la condenación eterna, por eso, día tras día envía a sus siervos con el mensaje de la salvación y la vida eterna. Amigo. Si todavía no ha entregado su vida a Cristo, atienda al mensaje de la salvación y no sea terco como el pueblo hebreo, ya que, si no acepta este mensaje, va a recibir un castigo mucho peor que el que recibió Israel en el pasado. Dios por su profundo amor, quiere liberarlo de la condenación, quiere que usted viva junto a Él, en su reino, por la eternidad.
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