EL AMOR NO ES SOLO PALABRAS

EL AMOR NO ES SOLO PALABRAS.

Es fácil para las personas decir que tienen mucho amor albergado en sus corazones, para dar o expresar amor a sus semejantes. Muchas personas piensan de esta manera, pues creen que el amor es suficiente expresarlo con las palabras, con un apretón de manos, o incluso, con un fuerte abrazo, por su puesto, estos gestos son una forma de expresar el amor por los semejantes, pero no son los definitivos, ¡porque el verdadero amor! va mucho más allá que unas simples palabras, un apretón de manos, o abrazos. El verdadero amor es entregarse uno mismo por el bienestar de la persona a quien se dice que se ama. Un amor así, fue expresado por Dios a todos los hombres, esta afirmación la encontramos en la primera epístola del apóstol Juan. “Dios nos dio muestras de su amor al enviar al mundo a Jesús, su único Hijo, para que por medio de él todos nosotros tengamos vida eterna.” Primera de Juan capítulo 4 versículo 9. TLA.

Si un seguidor de Cristo dice que ama a sus semejantes, lo tiene que demostrar y no solo con palabras, sino con acciones y hechos, de la misma forma que lo demostró Dios al decir que amaba a la humanidad. La gran prueba del amor de Dios por la humanidad, fue el haber enviado a su Hijo unigénito, para que la humanidad tenga vida por Él, quien es la vida, y que redimió la vida perdida de la humanidad pecadora. Cristo Jesus debe ser el gran motivo del mutuo amor entre los creyentes, y el amor hacia sus semejantes que todavía no han alcanzado la nueva vida que ofrece el Señor gratuitamente.

Cuando el creyente mira a su Salvador y redentor, ve dos cosas muy importantes acerca del amor de Dios. El creyente mira que Dios en su amor por la humanidad, no se reserva nada, por eso estuvo dispuesto a entregar la vida de Su Hijo único y a hacer un sacrificio que es absolutamente fuese imposible superar. Además, el creyente puede ver que el amor de Dios por la humanidad es totalmente inmerecido. No sería tan extraordinario si el hombre pecador Le amara a Él por todas las cosas que Él le ha dado, hasta aparte la vida de su amado Hijo Jesucristo. Lo maravilloso del amor de Dios es que Él ame a criaturas desagradecidas y desobedientes a pesar de que no lo merezcan. El juicio del pecado en la cruz fue la muestra suprema del amor de Dios por la humanidad, pues Él derramó su ira sobre su Hijo amado quien ocupó el lugar que correspondía a los pecadores.

Dios envió al mundo a su único Hijo como el regalo más grande que jamás ha sido dado para que los hombres pudieran tener vida eterna. Este es la máxima expresión de amor, por eso el amor no solo son palabras, son hechos concretos que llevan a desprenderse de algo muy valioso que se tiene por el bienestar de a quien se dice que se ama. Dios nos mostró el camino para que sigamos, por eso, si nosotros decimos que amamos a alguien lo debemos demostrar a través de nuestras acciones concretas que nos cueste para demostrar ese amor. Si nosotros decimos que amamos a Dios, demostrémoslo, pongamos a Dios en el primer lugar de nuestras vidas. Obedezcamos y pongamos en práctica cada una de Sus enseñanzas. Démosle el tiempo que se merece, y sirvámoslo de todo corazón, sin ninguna clase de reserva.