ESTRATEGIAS PARA TENER ÉXITO
No hay duda, los cristianos al igual que las personas inconversas, anhelamos tener prosperidad y éxito en todas las cosas que hacemos. Todos anhelamos tener prosperidad económica, éxito en nuestros estudios, en nuestros trabajos y en nuestros emprendimientos. Con este afán, buscamos en distintos lugares, las estrategias necesarias para alcanzar nuestros anhelos. En esta búsqueda, no tomamos en cuenta que las mejores estrategias de cómo podemos alcanzar la prosperidad y el éxito está ante nuestros ojos. En la Biblia se encuentran detalladas las estrategias de cómo una persona puede alcanzar la prosperidad y el éxito deseado: Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Sólo entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas. Josué 1:8 NTV.
Dios le dio a Josué las estrategias necesarias para que tuviera éxito en todas las cosas que iba a hacer. Estas estrategias dadas por el Señor en el pasado a Josué, son aplicables para nuestras vidas en la actualidad. La primera estrategia para tener éxito en nuestra vida es: Estudiar minuciosamente la palabra de Dios. Estudiar no es lo mismo que leer, si de veras anhelamos tener prosperidad en las cosas que hacemos, debemos dedicar parte de nuestro tiempo para estudiar profundamente la palabra de Dios, comprender el mensaje único y especial que Dios tiene para nuestras vidas. La segunda estrategia es: Meditar de día y de noche en la Palabra de Dios. Solo al haber estudiado profundamente la Biblia, podremos meditar en ella, sin ese estudio minucioso no tendremos nada en qué meditar. La tercera estrategia es: Obedecer la palabra de Dios.
El Señor nos alienta a poner en práctica todas las cosas que hemos aprendido en nuestro estudio de la Biblia. Si anhelamos tener éxito, es indispensable que sigamos estas estrategias que Dios le dio a Josué. Es posible que no tengamos el éxito según las normas del mundo, pero triunfaremos a los ojos de Dios. La opinión del Señor es la que importa, la cual dura para siempre.