VIVAMOS AL AMPARO DEL ALTÍSIMO.
Ante el incremento de la delincuencia en el país, el temor se ha generalizado en toda la población. La delincuencia va ganando terrenos a pasos agigantados, causando temor en el corazón de las personas. Muchos tienen miedo de salir a las calles y prefieren refugiarse en la seguridad de sus hogares pensando erróneamente que ahí encontrarán el resguardo necesario. A pesar de que la casa pueda estar bien resguardada y protegida, la persona jamás podrá encontrar una completa seguridad y el descanso para su alma, pues la verdadera protección no se encuentra en las cuatro paredes de una casa bien amurallada, o en el resguardo de alguna persona. La verdadera protección se encuentra en Dios. “Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso.” Salmos 91:1 NTV.
El salmista nos asegura que todos los que busquen refugio en el Altísimo encontrarán descanso, paz y seguridad en su protección. Dios es nuestra protección, un refugio cuando tenemos miedo. Si vivimos al amparo del Altísimo nos sacará airoso de todos los peligros y temores de la vida. ¿Y que es vivir al amparo del Altísimo? Es vivir bajo su cuidado y protección.
Para tener el cuidado de Dios, debemos amarlo con todo nuestro ser y obedecer todas sus enseñanzas descritas en su bendita palabra. Y encontraremos descanso a la sombra del Todopoderoso solo cuando cambiemos todos nuestros temores por la fe en el Hijo de Dios, sin importar qué tipo de temor afrontemos en nuestra vida. Al encomendarnos a la protección del Altísimo y al prometerle nuestra devoción diaria, estaremos seguros y protegidos de todos los peligros de este mundo.