GUARDEMOS LA PALABRA DE DIOS
GUARDEMOS LA PALABRA DE DIOS.
El deseo carnal que todavía no ha sido eliminado en su totalidad de nuestro ser, a cada instante nos impulsa a cometer pecados y fallar a Dios. Cuando recapacitamos del error que hemos cometido, acudimos a la presencia del Señor para confesar nuestros pecados y obtener su perdón. Casi todos los cristianos deseamos poder dominar nuestras pasiones y concupiscencias para no volver a ofender a Dios. Deseamos tener una fórmula para no ceder a las tentaciones que nos impulsa a pecar. ¿Será que existe una fórmula para dominar nuestros impulsos carnales y no volver a pecar?. El salmista nos da una pauta para que no continuemos pecando contra Dios. El salmista dijo: “He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti.” Salmos 119:11. NTV.
El escritor de este salmo, había encontrado la fórmula para no seguir fallando a Dios, el salmista había aprendido que la única forma de apartarse del pecado, era guardando la palabra de Dios en el corazón. ¿Cómo podemos guardar la palabra de Dios en nuestro corazón? Nosotros guardamos la palabra de Dios cuando leemos la Biblia, la memorizamos, la estudiamos y meditamos en ella. Si hacemos este ejercicio todos los días, nuestra mente estará saturada de la palabra de Dios. Nuestra mente estará fortalecida para no dejarse seducir de las tentaciones que Satanás nos pueda enviar.
Nosotros con facilidad caemos en los enredos del enemigo, debido a que nuestra mente está debilitada y saturada de pensamientos perversos y carnales, pero si nosotros empezamos a saturar nuestra mente con la palabra de Dios, ya no abrá espacio para esos deseos perversos y mundanos. La fórmula para resistir la tentación de pecar está en nuestras manos. Al igual que el salmista, guardemos la palabra de Dios en nuestro corazón para no pecar contra nuestro Señor.
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