¿ES APTOS PARA MORAR EN EL MONTE ALTO?

¿ES APTOS PARA MORAR EN EL MONTE ALTO?

ISAÍAS 33:15 Los que son honestos y justos, los que se niegan a obtener ganancias por medio de fraudes, los que se mantienen alejados de los sobornos, los que se niegan a escuchar a los que traman asesinatos, los que cierran los ojos para no ceder ante la tentación de hacer el mal; 16 éstos son los que habitarán en las alturas. Las rocas de los montes serán su fortaleza; se les proveerá alimentos, y tendrán agua en abundancia. 17 Sus ojos verán al rey en todo su esplendor, y verán una tierra que se pierde en la distancia. 19 Ustedes ya no verán a esa gente feroz y violenta, con su idioma extraño y desconocido. NTV.

En los tiempos actuales, un gran número de sectas religiosas alrededor del mundo, presentan al eterno Creador del universo, como un Dios tan amoroso, que en el final de los tiempos perdonará las faltas de todo el mundo, sin la necesidad de que estos muestren algún tipo de arrepentimiento. Una parte de esta enseñanza es verdadera, ya que tienen mucha razón al decir que Dios ama a la humanidad, los ama porque son la corona de su creación. Pero estos falsos maestros se equivocan al decir que Dios perdonará automáticamente los pecados del hombre sin que muestren un genuino arrepentimiento. La mente humana no tiene la capacidad para comprender cuan grande e inmenso es el amor de Dios, como así de grande es el amor de Dios, también lo es Su justicia. Dios ama al pecador, pero también odia el pecado, por eso, pese a su amor por la humanidad, no perdonará automáticamente los pecados del hombre, si no muestran un sincero arrepentimiento. Esta afirmación se encuentra a lo largo de las Sagradas Escrituras.

En conformidad a la justicia divina, pese al inmenso amor de Dios, ninguna persona pecadora podrá entrar a la presencia de Dios y morar en el monte Santo, sino solo los que caminan rectamente y hablan lo que es bueno. El profeta Isaías describe claramente una lista de cualidades que tienen que tener las personas para poder morar en el Santo monte de Dios. Los hombres que quieran entrar al monte alto de Dios deben ser: honestos y justos, no obtener ganancias por medio de fraudes, mantenerse siempre alejados de los sobornos, no escuchar a los que traman asesinatos, mantener cerrado los ojos para no ceder ante la tentación de hacer el mal; Solo aquellos que tengan estas cualidades podrán morar en las alturas. En aquel lugar, Dios le protegerá y le hará sentirse seguro como quien se refugia en fortalezas y lugares altos rocosos e inaccesibles a los enemigos. Por otra parte, Dios le bendecirá en sus bienes y no le faltará nada de lo necesario para la vida, como son el pan y el agua, símbolo de los bienes materiales sustanciales.

Las cualidades mencionadas por el profeta, es imposible que el hombre los puedan cumplir por sí solos debido a su condición pecaminosa, pero gracias al sacrificio que Cristo Jesús realizó en la cruz del calvario, el hombre puede llegar a cumplir con estas cualidades para entrar al reino de Dios. Mediante el arrepentimiento de pecados, Dios borra las imperfecciones de las personas y los hace aptos para que ingresen a su reino. Dios en la cruz de su amado Hijo, declara al pecador: inocente, santo, recto y perdonado. Al justificar al hombre de sus pecados, el Señor le hace participe de las cualidades enlistadas por el profeta Isaías para que pueda morar en las alturas, y disfrutar de las bendiciones que eso conlleva. En las alturas, los ojos de los hombres verán al rey en todo su esplendor, y verán una tierra que se pierde en la distancia. En ese lugar maravilloso, ya no verán a los malvados y opresores, ni tampoco tendrán que temer que alguien les lastime. Estarán completamente a salvos, libres de todo peligro y aflicción.

Queridos hermanos. Que nadie les engañe, un pecador que no se arrepienta de sus pecados, jamás podrá entrar a la presencia de Dios Padre, porque su morada es Santa y no hay cabida para el pecado. Todo aquel que anhele estar en Su presencia, debe ser redimido de sus pecados. Esta redención solo se obtiene al aceptar el sacrificio que Cristo Jesús realizó en la cruz del calvario. Gracias a Cristo, el hombre puede cumplir las demandas de Dios para morar en su presencia. Amigo. ¿Usted ya cumple con los requisitos para entrar al reino de Dios Padre? ¿Si usted todavía no los cumple, que espera? acérquese hoy mismo a Cristo Jesús, con un corazón sincero y arrepentido de sus pecados, confiese sus faltas y permita que Él borre todos sus pecados y le haga apto para que pueda entrar en su reino.