PROFECÍA CONTRA MOAB

PROFECÍA CONTRA MOAB.

ISAÍAS 15:1 Recibí este mensaje acerca de Moab: En una sola noche será reducido a escombros el pueblo de Ar, y la ciudad de Kir, destruida. 2 Tu pueblo irá al templo de Dibón para lamentarse. Ellos irán a sus santuarios sagrados para llorar. Gemirán por la suerte de Nebo y de Medeba, y en su angustia se raparán la cabeza y se cortarán la barba. 3 Vagarán por las calles vestidos de tela áspera; de cada hogar y plaza pública saldrá el sonido de gemidos. 4 … Los guerreros más valientes de Moab gritarán de terror. Se paralizarán de temor. 8 Se oye un grito de angustia por toda la tierra de Moab, desde un extremo hasta el otro, desde Eglaim hasta Beer-elim. NTV.

El profeta Isaías dirigió la primera de sus profecías contra Babilonia, situada al norte de la ciudad de David; la segunda, contra Filistea al oeste, y esta tercera contra Moab, situada al este. En esta nueva profecía, el profeta menciona varias de las ciudades de Moab las cuales iban a sufrir la ira del Dios viviente. La tierra de Moab está situada al este del mar Muerto, y el origen de sus ciudadanos se remonta al hijo de Lot y la mayor de sus hijas. Este pueblo pagano adoraba a Quemós uno de los dioses que adoraban los reinos de Mesopotamia. La adoración se realizaba aparentemente sobre los lugares altos, y sus rituales pudieron haber involucrado el sacrificio de niños a manera de ofrendas quemadas. Los habitantes de este reino pagano, una y otra vez se habían opuesto a los israelitas. En una ocasión contrataron a Balaam para que los maldijera. Así mismo, se opusieron al pueblo de Dios en época de los jueces hasta que David los subyugó; y con todo eso, cada vez que tenían la oportunidad, se volvían contra el pueblo de Dios.

En la actualidad, muchas personas inconversas, piensan que pueden denigrar, burlarse o mofarse libremente de los que profesan su fe en el hijo de Dios sin ninguna clase de consecuencia, al pensar así, cometen un gran error. Pueda ser que en ese momento de burla contra los creyentes, los inconversos no reciban la reprenda de parte de Dios, pero eso no implica que en el tiempo fijado por el Señor, no recibirán la reprenda que se merecen. Dios es paciente, pero no dejará pasar la insolencia de los hombres contra Sus escogidos, ya que, en el día de Su ira, pagará a cada hombre por sus maldades cometidas. Moab con su constante oposición al pueblo escogido de Dios, había acumulado la reprenda merecida por el eterno Creador. De acuerdo a las profecías de Isaías: Moab iba a sufrir las consecuencias de sus actos

El profeta, con vivos colores, describe las escenas de pánico en la población moabita, y personifica el llanto de las principales ciudades: En una sola noche, el eterno Creador reduciría a escombros las principales ciudades de Moab. Ante este desastre repentino, los habitantes tratarían de huir y ponerse a buen recaudo, algunos irían al templo de Dibón para lamentarse por la destrucción de sus ciudades, otros irían a sus santuarios sagrados para llorar, mientras que otros en su angustia, se raparían la cabeza, se cortarían la barba, se vestirían de tela áspera y así caminarían por las calles desoladas de las ciudades. Ante esta catástrofe generalizada, hasta los guerreros más valientes gritarían y quedarían paralizados de terror. En esa noche obscura y gris, el sonido de los gemidos de los pocos sobrevivientes, serían escuchados por toda la tierra de Moab, desde un extremo hasta el otro, desde Eglaim hasta Beer-elim.

Queridos hermanos. Dios no tendrá misericordia de los que se oponen a los hijos de Dios. por eso en el día de Su ira, el Señor saldará las cuentas con todos aquellos que denigraron, burlaron o se mofaron de los que profesaron su fe en Él. Dios es el protector de todo su pueblo, y derramará su justa venganza sobre los ofensores de sus escogidos tal como lo hizo en el pasado. En el día de la ira del Señor, todos los que se opusieron a la labor de sus siervos, serán destruidos, gritarán de dolor y de angustia, correrán y se tratarán de esconder en los templos de los dioses falsos, pero todo será en vano, los dioses falsos no les podrán socorrer, nadie les podrá defender. No habrá nada ni nadie que pueda hacer frente al único Dios verdadero. Hermanos. Estamos bajo el cuidado y la protección del Dios viviente, por eso no tenemos que tener miedo de lo que nos puedan hacer los hombres por creer en su Hijo amado. Con esa confianza en la protección y el cuidado de Dios, gritemos a viva voz a los cuatro vientos que somos hijos de Dios, proclamemos las grandezas de lo que Él ha hecho en nuestras vidas. Anunciemos al mundo las buenas noticias de salvación y vida eterna que hay en Cristo Jesús.