EL DÍA DEL SEÑOR

EL DÍA DEL SEÑOR.

ISAÍAS 13:9 … el día del SEÑOR ya viene, el día terrible de su furia y de su ira feroz. La tierra quedará desolada, y con ella los pecadores serán destruidos. 10 Los cielos se pondrán negros sobre ellos; las estrellas no darán luz. El sol estará oscuro cuando salga y la luna no iluminará. 11 Yo, el SEÑOR, castigaré al mundo por su maldad y a los perversos por su pecado. Aplastaré la arrogancia de los soberbios y humillaré el orgullo de los poderosos. 13 Pues sacudiré los cielos y la tierra se saldrá de su lugar cuando el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales manifieste su furor en el día de su ira feroz. NTV.

En el presente, millares y millares de personas al rededor del mundo, viven tranquilas en sus delitos y pecados, sin escuchar las advertencias que Dios ha dado a través de sus profetas, discípulos y el Señor mismo. Estas personas viven de esta manera, pues piensan que la palabra de Dios no es real. Piensan que los escritos de las Sagradas Escrituras son solamente una fábula creada por algunos adeptos a la religión. Ellos afirman en su mente y en su corazón que Dios no existe, por ende, no tienen que temer, ni atender a las advertencias que se encuentran registradas en la Biblia. También hay un grupo numeroso de personas que si creen en la existencia de Dios, Quien rige las riendas de todo el universo. Pero el Dios, en el que ellos creen, es un Dios amoroso, misericordioso y compasivo, Quien al final de los tiempos perdonará a todo el mundo y no los condenará por haber llevado una vida bajo el dominio del pecado. Las personas que piensan de esta manera, están erradas, porque no conocen a Dios, ni Su bendita palabra. Ya que, si conocieran a Dios y Su palabra, sabrían que: Él repudia el pecado, porque es un Dios Santo y nada inmundo puede estar en su presencia. Si a Dios no le importara el pecado del hombre, el sacrificio que Cristo Jesús realizó sobre el madero no habrá tenido sentido. Yahvé, sí es un Dios amoroso y misericordioso, pero también es un Dios justo que juzga el pecado del hombre. Por eso, todo hombre que viva bajo el dominio del pecado será juzgado y castigado severamente con todo el rigor de la ley.

El mundo podrá pensar que las advertencias de Dios registradas en las Sagradas Escrituras son simples fábulas, pero eso no les hará escaparse del día de su ira. En ese día funesto, el Señor derramará toda su furia sobre el mundo pecador. La tierra quedará desolada, y con ella todas las personas que reusaron abandonar la vida pecaminosa serán destruidos. Los cielos se pondrán negros sobre ellos; la obscuridad reinará porque las estrellas no darán luz. El sol estará oscuro cuando salga y la luna no iluminará. Es maravilloso vivir en un mundo lleno de luz, despertarse y ver el resplandor del sol, y de noche caminar bajo la luz de la luna y las estrellas. Pero un día, todo esto terminara por la maldad y el pecado del hombre. En el día del juicio de Dios contra la tierra, la luz desaparecerá, el sol, la luna y las estrellas ya no darán su luz. Que terrible será ese día para los hombres que no escucharon las advertencias del Señor, para los que no abandonaron sus vidas de pecado, ni aceptaron el precioso regalo de la salvación en Cristo Jesus.

Cuando va empezar una tormenta, el cielo se estremece, con truenos y relámpagos, los ruidos producidos previos a una tormenta, muchas veces hacen pensar que el cielo se está desmoronando y que viene contra la tierra. Nada de lo que se ha visto u oído el mundo con referente a las tormentas hasta el día de hoy, se va a igualar cuando descienda el juicio de Dios contra el mundo. Cuando la ira de Yahvé descienda para barrer con la maldad y el pecado, el mundo se estremecerá por completo. El Señor con su poder infinito castigará al mundo por su maldad y a los perversos por su pecado. Aplastará la arrogancia de los soberbios y humillará el orgullo de los poderosos. Sacudirá los cielos y la tierra se saldrá de su lugar. Nadie escapará de su ira feroz.

Queridos hermanos. Toda persona sin excepción tiene miedo a algo en particular, pero ninguno de esos temores que tienen las personas en el presente van a poder compararse al temor que sentirán las personas, cuando la ira del Señor descienda sobre este mundo. En ese día terrible, nadie podrá calmar su asombro y su terror por que los cielos y la tierra retumbarán, la luz desaparecerá y la obscuridad reinará. El Señor aplastará y destruirá a todos los que no atendieron sus advertencias y prefirieron seguir en sus delitos y pecados. Ningún pecador escapará de la ira feroz del Señor. Amigo. Usted puede pensar que nada de las advertencias descritas en la Biblia es real, pero eso no hará que el Señor desista de derramar su ira en su vida en el día de Su juicio sobre el mundo. La advertencia está dada, no espere a estar frente a Dios en el día de su ira para creer en estas advertencias, sea sabio y sensato, el Señor todavía le está dando la oportunidad de que se arrepienta de sus pecados y empiece a vivir bajo sus normas, de vivir conforme a Su voluntad, libres de la maldad. Acepte hoy mismo a Cristo en su corazón antes que llegue el día de Su juicio sobre este mundo.