NUESTRA AYUDA VIENE DEL SEÑOR

NUESTRA AYUDA VIENE DEL SEÑOR

SALMOS 124:2 ¿Qué habría ocurrido si el SEÑOR no hubiera estado de nuestro lado cuando nos atacaron? 3 Nos habrían tragado vivos en el ardor de su enojo. 4 Las aguas nos habrían envuelto; un torrente nos habría inundado. 6 ¡Alaben al SEÑOR, quien no permitió que nos despedazaran con sus dientes! 7 Escapamos como un pájaro de la trampa del cazador; ¡la trampa se rompió y somos libres! 8 Nuestra ayuda viene del SEÑOR, quien hizo el cielo y la tierra. NTV.

¿Se ha sentido atrapado alguna vez por situaciones abrumadoras? ¿Seguro que más de una vez verdad? .Las situaciones abrumadoras son una constante en la vida de los hombres. Para algunos, las calamidades son el pan del día, pues ni siquiera salen bien de una y ya se les viene otra encima. Cuando sucede eso, las personas suelen pensar que soportaron, o vencieron la calamidad en sus fuerzas, pero la realidad es que la victoria no fue en sus fuerzas, sino en las fuerzas del SEÑOR. Porque el SEÑOR es Quien da la fuerza y la fortaleza al hombre para que puedan soportar cualquier calamidad que se le sobrevenga. Porque sin la ayuda Divina, el hombre no puede soportar ni la mínima aflicción que le sobrevenga.

El pueblo hebreo a lo largo de su historia, fue preservado de una suerte trágica gracias a la intervención salvadora del eterno Creador. El salmista consciente de la intervención divina a favor de su pueblo en cada una de las calamidades que atravesó su nación, elevó un cántico de profundo agradecimiento al SEÑOR en presencia de todos sus compatriotas. En su historia, el pueblo hebreo fue presa constante de ataques por parte de las naciones vecinas que querían verla destruida. En una ocasión, el pueblo fue desterrado de su territorio por un período prolongado de tiempo. Además, pos-cautividad sufrió por la hostilidad de los pueblos circunvecinos a los repatriados. Después de la reconstrucción de los muros de Jerusalén y de la restauración de la vida nacional, el pueblo judío vivió unos años de bonanza y optimismo nacional. Quizá en ese tiempo de paz, el salmista reflejó esta situación esperanzadora después de que atravesaron los momentos más difíciles de Israel como colectividad nacional.

El salmista para que sus compatriotas glorifiquen a Dios de todo corazón, les llamó la atención con estas interrogantes: ¿Qué habría ocurrido si el SEÑOR no hubiera estado de nuestro lado cuando nos atacaron nuestros enemigos? Nos habrían tragado vivos en el ardor de su enojo. ¿Qué habría ocurrido si el SEÑOR no hubiera estado de nuestro lado cuando cruzamos el mar Muerto y el río Jordán?, las aguas nos habrían envuelto; un torrente nos habría inundado. Pero nada de eso nos sucedió, porque el SEÑOR estuvo de nuestro lado en toda situación de adversidad. ¡El SEÑOR, no permitió que nuestros enemigos nos despedazaran con sus dientes! Escapamos de sus asechanzas como un pájaro de la trampa del cazador. También, dividió el río y el mar para que cruzáramos sin que nuestros calzados se mojaran. ¡En los momentos de calamidad! Nuestra ayuda viene del SEÑOR, quien hizo el cielo y la tierra. Sin lugar a duda, si el SEÑOR no hubiese estado con el pueblo hebreo seguramente hubiesen desfallecido.

Queridos hermanos, cuando el pueblo hebreo empezó a tener años de paz y tranquilidad, después de tantas calamidades, el salmista reconoció que la paz y la tranquilidad que estaban experimentando, no hubiese sido posible si el SEÑOR no hubiese estado con ellos, ayudándoles en todo momento, por eso alentó a todo el pueblo para que lo glorificaran. Al igual que el salmista, los cristianos debemos recordar, cuantas veces el SEÑOR nos ayudó a salir victoriosos de las calamidades que nos sobrevinieron. Por esa ayuda recibida debemos glorificar al SEÑOR de todo corazón. Hermanos, mientras estemos en este mundo, nos sobrevendrán calamidades que parecerán que son imposibles de vencer, pero para los que están con el SEÑOR, siempre habrá una salida puesto que Él es el Creador de todo lo que existe. Ningún problema va más allá de su capacidad para resolverlo, ninguna circunstancia es demasiado difícil para Él. Podemos recurrir al Creador para pedirle ayuda en momentos de necesidad, ya que está de nuestro lado. Dios nos dará la vía de escape, solo necesitamos confiar en Él, y buscarlo de todo corazón porque el SEÑOR es nuestro ayudador.