EL GUARDA ESPALDA PERSONAL

EL GUARDA ESPALDA PERSONAL.

SALMOS 121:4 En efecto, el que cuida a Israel nunca duerme ni se adormece. 5 ¡El SEÑOR mismo te cuida! El SEÑOR está a tu lado como tu sombra protectora. 6 El sol no te hará daño durante el día, ni la luna durante la noche. 7 El SEÑOR te libra de todo mal y cuida tu vida. 8 El SEÑOR te protege al entrar y al salir, ahora y para siempre. NTV.

Las personas famosas por el peligro que corren sus vidas, contratan guarda espaldas que les protejan de posibles secuestradores, o fanáticos que por su fanatismo quieran hacerles daño. Estos guarda espaldas podrán brindarles protección a sus clientes, pero esa protección no puede ser constantemente, porque los guardaespaldas al igual que cualquier persona, tienen que descansar, ellos no pueden estar las 24 horas de los 365 días del año despiertos. Ni tampoco les podrán proteger de toda la maldad que existe en este mundo. Y menos de los desastres naturales. Los guardaespaldas tienen limitantes como cualquier hombre, pero hay un guardaespaldas que puede proteger al hombre de toda acechanza maligna y de los desastres naturales. Tampoco descansa, más bien está pendiente de cada uno de sus protegidos, los 365 días del año. Bajo su cuidado, ningún mal les podrá tocar.

El salmista minuciosamente detalla del cuidado y la protección de Dios sobre sus hijos. A Dios no se le escapa ningún detalle. No duerme, ni descansa como un guarda espalda humano, por eso, no deja de fijarse en los detalles de cada uno de sus protegidos. Sólo un Dios infinito puede poner tal atención en detalles, tan constantemente y a cada uno de los millones de creyentes. Dios es un protector perfecto, tan presente como una sombra en su mano derecha. No permitirá daño por las catástrofes de la naturaleza, ni tampoco por el sol durante el día, ni la luna durante la noche.

Los hebreos que se encontraban fuera de la ciudad santa en las épocas festivas, debían avanzar del lugar que se encontraban hacia Jerusalén para participar de las fiestas. En su peregrinaje, uno de los peligros para los viajeros era la insolación y la oftalmía, atribuida por el vulgo al efecto de la luna llena. En realidad, se debía al hecho de dormir al sereno, expuesto a los fuertes cambios de temperatura en las zonas semiesteparias de Palestina. Por eso, el salmista para alentar a los peregrinos, afirma que bajo el cuidado y la protección del eterno Creador, ninguno de los astros existentes podrá ocasionarles daño.

El cuidado y la protección del Señor sobre Israel, no solo sería en los días de la marcha hacia la ciudad santa, sino en todo momento, porque el Señor libera de todo mal y cuida la vida de los que en Él confían. Está es la garantía que tienen todos los que confían en el Señor, que su guarda espalda personal, es nada menos que Él mismísimo eterno Creador. El gran Soberano del universo está personalmente involucrado en la seguridad incluso del creyente más desconocido. El cuidado y la protección de Dios, abarca todos los aspectos de la vida de sus hijos. Él cuidará cada paso que tengan que dar, desde el momento que se despiertan, hasta el momento que tengan que acostarse nuevamente, incluso, Él velara por el sueño de sus hijos, desde ahora y para siempre.

Queridos hermanos, los inconversos, para resguardar sus vidas de los peligros de este mundo, buscan el cuidado y la protección de otro simple mortal, sin pensar que bajo el cuidado de ellos, no encontrarán la verdadera protección que necesitan. Solo bajo el cuidado y la protección de Dios, los hombres podrán encontrar el verdadero resguardo para su vida. Porque bajo su cuidado ningún mal los alcanzará. Dios cuida cada uno de los pasos de los que en él confían, ningún minuto de su vida estarán sin resguardo necesario, porque Dios nunca descansa, ni siquiera duerme como los guardaespaldas humanos. Hermanos, Dios no solo hizo los montes, sino también los cielos y la tierra. El no solo es Todopoderoso, sino también vela por nosotros. Dios es nuestro guarda espalda personal, ningún minuto de nuestra vida estaremos sin Su cuidado y protección. Él cuidará cada uno de nuestros pasos y nos protegerá de toda asechanza maligna, desde ahora y para siempre.