LA ORACIÓN DE FE
Cuando una enfermedad ataca una parte de nuestro organismo, en ocasiones produce un malestar generalizado de todo nuestro cuerpo. Algunas enfermedades producen síntomas severos muy dolorosos que hace que suspendamos nuestras actividades cotidianas y guardemos reposo. Algunas enfermedades, como la gripe estacional son pasajeras, pero hay otras enfermedades que no son pasajeras y necesitan ser atendidas por un especialista de la salud. En ocasiones, los pacientes necesitarán ser hospitalizados para ser diagnosticados y tratados de la mejor manera por los diferentes especialistas de ese centro médico. El tratamiento de algunas enfermedades, no bastará con el accionar de los médicos para que el paciente sea sanado de su enfermedad, sino que se necesitará de la intervención Divina para que obtenga la sanidad, en ese caso, será necesario una oración de fe, esto lo afirma el apóstol Santiago: “Una oración ofrecida con fe, sanará al enfermo, y el Señor hará que se recupere. Y, si ha cometido pecados, será perdonado.” Santiago 5:15 NTV.
Si éste fuese el único versículo de las Sagradas Escrituras que habla sobre la sanidad del hombre, los cristianos podrían tener la certidumbre de la sanidad de toda enfermedad que le sobrevenga en su vida, si ora con fe al Señor. Si se lee toda la Biblia, se podrá encontrar que no todos los siervos de Dios fueron sanados, algunos a pesar de que clamaron con una fe profunda a Dios no obtuvieron la sanidad anhelada, ellos tuvieron que soportar los síntomas de sus enfermedades hasta que Dios los llevó a su presencia. Dios en su soberanía, derrama de Su sanidad en la vida del hombre en conformidad a sus propósitos.
En este versículo, el apóstol Santiago no está hablando de todas las enfermedades, el apóstol está hablando de ciertas enfermedades como resultado de ciertas circunstancias específicas del hombre. Santiago está hablando de las enfermedades resultantes del pecado. Algunas enfermedades que el cristiano padece son resultado de sus pecados no confesados. Dios en su amor y misericordia, para que el cristiano que ha cometido pecado no vaya a la condenación eterna, lo disciplina a través de una enfermedad para devolverlo nuevamente al camino de la salvación y la vida eterna.
Un cristiano que se da cuenta de que su enfermedad es resultante de su pecado no confesado, debe mostrar un sincero arrepentimiento y confesar su pecado a Dios a través de la oración de fe. La oración de fe se basa en las promesas de la palabra de Dios, mas no de la cantidad de fe que pueda tener la persona enferma. Si la oración del atribulado es realizada con una fe sincera, recibirá la respuesta a su clamor. El Señor pronto levantará su disciplina, sanará su enfermedad y perdonará todos sus pecados. Si en este momento está atravesando por una enfermedad, analice su vida, y si tiene un pecado que no haya confesado al Señor, ese pecado puede ser la causa de su enfermedad. Si es así, confiese su pecado al Señor a través de una oración de fe, y el Señor hará que se recupere de su enfermedad, y su pecado será perdonado.