JOSUÉ 23

03/25/2021

NI A LA DERECHA NI A LA IZQUIERDA.

6 Por lo tanto, asegúrense de seguir todo lo que Moisés escribió en el libro de instrucción. No se desvíen de esas palabras ni a la derecha ni a la izquierda. 7 Asegúrense de no tener nada que ver con los otros pueblos que aún quedan en esta tierra. Ni siquiera mencionen los nombres de sus dioses y mucho menos juren por ellos, ni los sirvan, ni los adoren. 11 Así que asegúrense de amar al SEÑOR su Dios. NTV.

Tras varias batallas que el pueblo había librado en contra de sus enemigos, el eterno Creador había dado a su pueblo un largo descanso de las batallas. Cada tribu se había establecido en la porción que Josué les había asignado. Los años habían pasado y Josué ya era de edad avanzada, había cumplido con éxito la misión que Dios le había ordenado. Pero aún se sentía responsable por Israel. Por eso, antes de partir de este mundo, convocó a todos los líderes de la nación para darles sus palabras finales de aliento e instrucción. Alertarlos con todo celo acerca de los peligros de la apostasía.

Moisés antes de su muerte, dejó grabado todas las instrucciones que había recibido del Señor a lo largo de toda su vida. Esas instrucciones ayudarían al pueblo a no desviarse de sus caminos y andar en conformidad a la voluntad del Eterno Creador. Josué como líder del pueblo hebreo, alentó una vez más a su pueblo para que no se aparte de las enseñanzas que Moisés les había dado. Les dijo que en su diario caminar en el Señor, no se desviaran a ninguno de los lados, más bien que caminen en rectitud en conformidad a las palabras del eterno Creador.

Además, Josué ordenó a su pueblo a no relacionarse con las naciones paganas que habitaban entre ellos, pues si se relacionaban corrían el peligro de adoptar sus costumbres y tradiciones. Israel al habitar entre las naciones paganas, no corría el peligro de ser atacados militarmente, más bien corrían el peligro de contaminarse con sus prácticas abominables. Las relaciones con esas naciones los llevarían a ponerse en contacto con sus dioses, con sus sacrificios y los ritos de fertilidad.

Dios sabía que la voluntad de su pueblo era frágil y al relacionarse con sus vecinos paganos corrían el peligro de adoptar sus costumbres, por eso, prohibió estrictamente a Israel relacionarse y adoptar las costumbres de las naciones paganas, ni siquiera debían mencionar los nombres de sus dioses y mucho menos jurar en nombre de ellos, ni servirles, ni adorarles en los templos. Israel debía evitar a toda costa cualquier contacto con ellos. Dios deseaba que su pueblo este al margen de toda contaminación que pueda dañar su relación con Él.

Mas bien el pueblo debía guardar las enseñanzas de Moisés en su corazón, amar a Dios con todo su ser, obedecer todas sus palabras, rendirle culto y adoración. El pueblo hebreo, solo guardando las instrucciones dadas por Moisés podían estar libres de cualquier contaminación, pues sus corazones estarían llenos de la palabra de Dios y no habría sitio para albergar otras enseñanzas o costumbres que pudiese dañar su relación con su Creador.

Queridos hermanos, las palabras de aliento de Josué fueron muy importantes para el pueblo hebreo, y siguen siendo importantes en la actualidad para todas las personas que han aceptado a Cristo Jesús como su Señor y Salvador. El pueblo hebreo debía apartarse de cualquier contaminación con los pueblos paganos, debían evitar a toda costa relacionarse con ellos para no adoptar sus costumbres religiosas abominables. Los cristianos de la misma manera deben apartarse de todas las cosas que le puedan ser causa de tropiezo en su caminar con Cristo. Deben evitar a toda costa desviarse del camino de la salvación y la vida eterna. Hermanos, a menudo los cristianos coqueteamos con la tentación, al relacionarnos con personas que practican toda clase de abominaciones, pensando erróneamente que somos más fuertes que cualquier tentación. Dios sabe que somos débiles, por eso quiere que nos alejemos completamente de todo pecado y de todas las tentaciones que puedan dañar nuestra relación con Él.